Nunca hemos escuchado a un hombre defendiendo sus opciones y diciendo que no es un hombre fácil. Eso se debe a que los hombres no se ven en la posición de defender sus decisiones. Nuestra sociedad continúa siendo una extremadamente machista y personajes como Damien (Vincent Elbaz), el protagonista de esta historia, aprovechan esta filosofía para vivir una vida de ganadores, en donde ningún aspecto de su vida es cuestionado. Cierto día, Damien se da un fuerte golpe en la cabeza y despierta en un mundo en donde el sexo femenino se ha transformado en el sexo dominante.
Las diferencias son increíbles. Los hombres son quienes deben quedarse en casa cuidando a la familia y asegurando la limpieza y el orden, mientras que las mujeres no sólo deben conformarse con trabajos como el de una secretaria o enfermera, sino que también pueden vestir elegantes trajes durante su jornada y la ropa reveladora ahora está destinada al público masculino. Los hombres están profundamente sexualizados, tanto en la publicidad como en la vida diaria, están a cargo del placer visual, son menospreciados y acosados mientras intentan caminar tranquilamente por las calles, son recriminados por querer hacer uso de un post-natal y son ellos quienes se unen, como "masculinistas", para exigir sus derechos mientras marchan por la ciudad.
"Je ne suis pas un homme facile" es una película desarrollada a partir de un cortometraje llamado "Majorité opprimée", en el cual podemos observar a un hombre sufriendo las consecuencias del sexismo y del acoso que enfrenta día a día. A pesar de que sería panorámico intercambiar roles por un día, la película nos lleva hacia otro lado y nos muestra que un mundo dominado por mujeres también es injusto, por lo que luchar por la igualdad es lo más correcto que podemos hacer.