“Pitch Perfect 2” es otro ejemplo más del porqué no soy partidaria de las segundas partes. La primera entrega de esta especie de musical fue todo un acierto; era una película novedosa, entretenida y llena de momentos musicales dignos de recordar. La segunda entrega, en cambio, parece olvidar todo aquello que la caracterizó y nos da una decepción de película.
“Pitch Perfect 2” debe haber sufrido el mismo mal que la segunda parte de “Charlie’s Angels”, en donde todo se ve mucho más colorido, en donde hay más presupuesto, nuevos personajes que no aportan en mucho, pero lo peor se ve en sus personajes principales, los cuales exageran y sobreactúan todas esas cosas que ya los hicieron graciosos; los personajes se vuelven más sexies, más estrafalarios, más arriesgados, hay más tintura, menos ropa y menos calidad. No hay nada de malo con un poco de desarrollo de personaje o cambio de actitud, pero estos cambios siempre recaen en lo mismo.
Además, “Pitch Perfect 2” falla en el humor; si antes podíamos reírnos de vómito espontáneo o de los comentarios sarcásticos de dos presentadores, ahora el humor recae en burlarse de la única chica latina del grupo, por ejemplo. Para un grupo que se define como feminista y siempre en apoyo de las mujeres, ese tipo de bromas ya es de antaño. Y, quizás lo peor dentro de este género, no hay ningún momento musical que valga la pena.