Para el año 2154, la raza humana ha gastado la mayoría de los recursos naturales, por lo que un equipo de científicos e investigadores decide visitar Pandora, una luna ubicada en el planeta Polifemo, la cual contiene una increíble biodiversidad. Esta biodiversidad podría ayudar al planeta Tierra, por lo que los científicos lanzan el programa Avatar, gracias al cual pueden transformarse en las criaturas na’vi, una raza de piel azul, de tres metros de altura, que viven en Pandora.
Jake Sully (Sam Worthington) es uno de los participantes de Avatar; Jake es un ex marine parapléjico, quien decide tomar el lugar que le correspondía a su hermano gemelo, recientemente fallecido. Durante una expedición, Jake es atacado y se pierde, pero es rescatado por Neytiri (Zoe Saldana), princesa del clan Omaticaya. La madre de Neytiri, Mo’at (CCH Pounder) ve algo especial en Jake y le pide a su hija que le enseñe a vivir como uno más de ellos. Él se acostumbra tan bien a la vida en Pandora que, incluso, olvida su verdadera misión, pero sus compañeros humanos siguen muy de cerca sus pasos.
Recuerdo toda la reputación de “Avatar” durante la época de su estreno: la nueva gran producción de James Cameron, la mayor cantidad de dinero invertido en una película, los mejores efectos especiales, la película que ha recaudado más dinero en toda la historia, superando a “Titanic”, entre otras varias cosas. Las expectativas siempre juegan en contra y, cuando por fin vi “Avatar”, no me pareció la gran película que la mayoría describía.
“Avatar” recuerda mucho más a la historia de "Pocahontas" que a una película que marcó un antes y un después en la industria. No marcó nada.