DUFF podría ser perfectamente una palabra inglesa, o la marca de cerveza preferida de Homero Simpson, pero también es la abreviación de las siglas de Designated Ugly Fat Friend. Claramente, es una sigla bastante hiriente para referirse a alguien y, cuando Bianca Piper (Mae Whitman) se entera de que sus compañeros se refieren a ella como una DUFF, su tranquilo mundo comienza a desordenarse.
Bianca tiene dos mejores amigas: Jess Harris (Skyler Samuels) y Casey Cordero (Bianca Santos), dos adolescentes que cumplen con el patrón de belleza que nos dicta la sociedad. Bianca, por su parte, aunque no es una joven fea ni gorda, es tratada así, ya que se ve diferente a lo que ordena aquel patrón. Wesley Rush (Robbie Amell), vecino y ex amigo de infancia de Bianca, le explica que una DUFF no necesariamente tiene que ser fea o gorda, sino que sólo tiene que ser la menos popular del grupo para que los demás interesados en sus amigas puedan hablar con ella y acercarse al objeto de interés.
Bianca no toma para nada bien esta noticia y descarga su rabia contra Jess y Casey, a quienes deja de seguir en redes sociales; además, llega a un acuerdo con Wesley: ella le ayudará a mejorar su rendimiento escolar sólo si él le ayuda a dejar de ser una DUFF. Básicamente, el personaje de Bianca comienza a hacer todo lo contrario a lo que nos enseñaron las comedias adolescentes de la década anterior. “The Duff”, al final, sí cumple el objetivo de este género, pero es tan aburrida y los protagonistas tienen tan poca química, que nos hace añorar por aquella época de principios de los ’00.