La trama de “Sedmikrásky” es una muy particular de digerir, ya que no es una trama como cualquier otra a la que estamos acostumbrados; de hecho, creo que la película ni siquiera tiene una trama principal y sólo relata las aventuras de dos jóvenes bastante rebeldes a su propia manera.
Dirigida por Věra Chytilová, “Sedmikrásky” fue una película que revolucionó al cine checo de la época, ya que rompe con varios esquemas narrativos que recuerdan a aquellos de la nouvelle vague francesa. A través de varias secuencias, escenas que cambian del blanco y negro a imágenes a color, sin ningún orden cronológico, la película cuenta las travesuras de Marie I (Jitka Cerhová) y Marie II (Ivana Karbanová).
Ambas amigas se comportan de una manera infantil, disfrutan de la comida y la bebida, de costosas cenas, se visten de una manera muy femenina y, básicamente, hacen lo que quieren. Los personajes son la imagen contraria de lo que se esperaba de las mujeres en esos años, por lo que los aires rebeldes de “Sedmikrásky” se sienten en cada escena. Además de la rebeldía, también se siente un poco feminismo en el aire, ya que la actitud de poder hacer lo que queramos, sin que nos importe la opinión de los demás, es bastante liberadora.
“Sedmikrásky” estuvo censurada varios años e, incluso, en varios países estuvo prohibida debido a estas temáticas y a escenas como las de ambas amigas desperdiciando comida, por ejemplo. Sin embargo, no deja de ser una película importante en la historia del cine, un experimento feminista adelantado para su época.