'002007Amy MadiganAmy RyanBen AffleckCasey AffleckCine estadounidenseCrimenEd HarrisMichelle MonaghanMorgan FreemanTitus Welliver
Gone Baby Gone (2007)
Basada en el libro de mismo nombre, “Gone Baby Gone” cuenta la historia de la búsqueda de una pequeña niña de apenas cuatro años, Amanda McCready (Madeline O'Brien), en la ciudad de Boston. Amanda fue secuestrada desde su propia habitación, en un hogar muy precario, en donde vivía sólo con su madre, Helene (Amy Ryan).
Los tíos de Amanda, Lionel (Titus Welliver) y Bea (Amy Madigan), no confían mucho en la policía y deciden contratar a dos investigadores privados, Patrick Kenzie (Casey Affleck) y Angie Gennaro (Michelle Monaghan). Debido a que Patrick creció en Boston, conoce a varios de los criminales de la ciudad; gracias a sus contactos, se enteran de que Helene y su novio Ray trabajaban como mulas para el traficante Cheese (Edi Gathegi).
Helene no es ningún ángel. Además de descuidar a su hija todos los días y varias noches a la semana, también la llevaba a estos intercambios de droga y de dinero. Cuando se enteran de que Cheese mató a Ray, Patrick y Angie se unen al detective Remy Bressant (Ed Harris), ya que el traficante se convierte en el principal sospechoso, sobre todo, cuando llama a la estación de policía prometiendo entregar a Amanda.
“Gone Baby Gone” es el debut como director de Ben Affleck y, aunque a veces no convence mucho actor, creo que esta vez se esforzó y entregó un excelente producto. Se acomodó en su querida ciudad de Boston, casi documentándola en la intro de la película, y nos mostró la cruda de realidad de las paternidades negligentes de los barrios más vulnerables. Su visión no se siente como la de alguien ajeno.
Además, la historia de “Gone Baby Gone” tiene ese tipo de preguntas éticas que tanto debate pueden provocar. ¿Qué haríamos en el lugar de Patrick? ¿En el de Angie? ¿En el de Doyle? ¿Importa realmente la seguridad de un niño, esté con quién esté?
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