"It's about kids with cancer. I don't know why the sick fuck wanted to write about this". Vee es uno de los personajes más odiados de "Orange is the New Black", pero siempre recordaré aquella frase. El cáncer es terrible, el sólo pensar en el tema asusta a cualquiera y claro que escribir una novela sobre niños con cáncer es una crueldad. Pero vi "The Fault in Our Stars" de todas formas.
No sé qué tan extenso sea el libro en el que la película está basada, pero la trama se mueve con bastante rapidez. Hazel Grace Lancaster (Shailene Woodley) conoce a Augustus Waters (Ansel Elgort) durante una sesión de terapia para aquellos que sobrevivieron un cáncer y para aquellos que todavía estén luchado contra él. Augustus se enamora tanto de Hazel que le otorga el deseo que entrega la organización MakeaWish, ya que ella lo había utilizado para ir a Disneyworld. Hazel, entonces, pide conocer a su escritor favorito, Peter Van Houten (Willem Dafoe), un tipo que vive en Ámsterdam y con quien Augustus ha intercambiado correos electrónicos.
El viaje a Ámsterdam es tan maravilloso como agridulce: ambos adolescentes pasean por aquella hermosa ciudad, visitan el museo de Anna Frank, conocen a Peter, quien resulta ser un escritor amargado y maleducado, pero, la parte más triste del viaje, es que el cáncer de Augustus se ha ramificado y el joven no tiene mucha esperanza de vida.
Qué triste. "The Fault in Our Stars" está, claramente, dirigida a un público del que ya no soy parte, pero es inevitable compadecer a sus personajes principales.