Se sabe que a Christopher Nolan y a Jonathan Nolan les gusta jugar con el concepto del tiempo en sus películas: retroceden, muestran historias en paralelo y otras técnicas así, pero, en "Interstellar", el paso del tiempo y, el hecho de que no podamos volver atrás, es la trama principal.
Tenemos a Joseph Cooper (Matthew McConaughey), un trabajador retirado de la NASA que ahora pasa sus días como granjero en Texas. Cooper vive con sus dos hijos, Tom (Timothée Chalamet) y Murphy (Mackenzie Foy), y también con su suegro, Donald (John Lithgow). La familia vive en un escenario casi apocalíptico: el planeta se está quedando sin comida, existe una gran sequía y, lo que más abunda, son tormentas de polvo que amenazan la salud de quienes todavía quedan en la Tierra.
Murphy es una niña demasiado inteligente para su edad. Siente que están pasando ciertas cosas muy extrañas dentro de su habitación, pero asume que es un fantasma, quien le envía raros mensajes. Es gracias a estos mensajes que Cooper puede descifrar unas coordenadas, las cuales lo guían hasta una base secreta de la NASA. En este lugar, Cooper y Murphy se enteran de una nueva misión que la organización estaba llevando a cabo: enviar especialistas a distintos planetas para averiguar qué tan habitables son y, en caso de que lo sean, llevar al resto de la humanidad a vivir allá.
La NASA necesita que Cooper compruebe el estado de cada uno de esos planetas, en un viaje que podría demorar años, incluso décadas; Murphy es la única que no está de acuerdo con la idea. Cooper viaja de todas formas con los doctores Amelia Brand (Anne Hathaway), Doyle (Wes Bentley) y Romilly (David Gyasi) a bordo de la nave Endurance. Los astronautas llegan a un nuevo planeta con el propósito de rescatar a un compañero, pero las cosas se complican: pierden a Doyle y también pierden veintitrés años de tiempo real en la Tierra, habiendo estado apenas una media hora en el nuevo planeta. Mientras tanto, Murphy (Jessica Chastain) ha crecido, pero no puede superar el abandono de su padre. Trabaja para la NASA y colabora en la misión de Cooper para saber, exactamente, qué fue lo que falló.
Lo que falló fue que apareció Matt Damon interpretando a un personaje del que nadie sabía nada, ya que el actor tampoco aparece en ningún tráiler ni en un ningún poster. ¿Buena jugada? Este personaje mete en problemas a Cooper, pero colabora con aquel sorprendente plot twist que involucra también al fantasma que le enviaba mensaje a Murphy. A pesar de que "Interstellar" se sienta como una película eterna y juegue con la imagen de querer plantearse como una película complicada y digna de miles de análisis, es una película interesante, de todos modos. No está al nivel de otras películas más entretenidas dentro de la filmografía de Christopher Nolan, pero la trama del tiempo siendo relativo siempre será interesante de ver.