Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas. Al menos eso es lo que Jack Fuller (Ashton Kutcher) y Joy McNally (Cameron Díaz) querían hacer tras varias malas decisiones en la ciudad del pecado.
Luego de que Joy le organiza una fiesta de cumpleaños sorpresa a su prometido, este termina con él. Jack, por su parte, es despedido de su trabajo por su padre y sus amigos deciden llevarlo a Las Vegas para pasar el mal rato. Joey y Jack se conocen luego de un error con sus habitaciones en el hotel, salen a beber y a bailar y terminan casándose en una de aquellas típicas capillas en donde siempre hay dobles de Elvis Presley.
Luego de acordar divorciarse, Jack gana tres millones de dólares tras usar una ficha de Joy; los planes de separación cambian y, cuando regresan a Nueva York, un juez los obliga a convivir seis meses antes de decidir divorciarlos. Si intentan vivir con el otro por un tiempo, Jack y Joy podrán quedarse con la mitad del premio de Las Vegas. Ambos tratarán de hacerse la vida imposible, pero también comenzarán a sentir cosas por el otro.
“What Happens in Vegas” podría haber funcionado de alguna manera, pero insisto en que Ashton Kutcher casi no tiene química con ninguna de sus protagonistas.