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Trainwreck (2015)
Tuve muchas dudas en cuanto a ver "Trainwreck" o dejarla pasar y todo se debe a la presencia de Amy Schumer; nunca me ha parecido la increíblemente graciosa e innovadora comediante que todos describen y no entiendo por qué a todos les fascina. Traté de ver su programa y sus rutinas de stand-up, pero no funcionó; entiendo esa actitud de hacerle frente a los kilos de más y beber y tomar y tener sexo como lo haría un hombre, pero a veces bordea los límites de la imagen de "cool girl". Siento que muchas comediantes toman ese camino, se afirman del feminismo y sólo presentan rutinas sobre sexo, alcohol y amigas, y genial por ellas, pero el abuso siempre aburre. Y el otro punto negativo, quizás el peor, es el racismo de Amy Schumer, presenta en todas sus rutinas; siempre está haciendo "chistes" en contra de los hombres afroamericanos y, en especial, contra los latinos.
A pesar de lo prometedor que se veía el tráiler, el cual supieron vender, se sabía que la película vendría cargada de aquel humor tan especial de Schumer, pero traté de verla con una mentalidad más abierta. Así que empecé a rescatar las cosas positivas: Bill Hader, una irreconocible Tilda Swinton, las participaciones de Ezra Miller y de Colin Quinn, además de una película ficticia protagonizada por Daniel Radcliffe, la cual se convierte en la explicación de aquella foto que ninguno de nosotros entendía cuando salió a la luz. Varios puntos a favor hasta ese momento; sigamos con la trama.
“Trainwreck” se centra en Amy Townsend (Schumer), una treintañera a la que le gusta salir a fiestas, beber, fumar y tener sexo; no cree en la monogamia, ya que sus papás se divorciaron cuando ella era pequeña y su padre le enseñó que era imposible quedarse con una sola persona para siempre, por lo que Amy sólo se dedica a pasarlo bien. La protagonista trabaja en una revista para hombres, la cual es muy sexista, y su jefa le asigna entrevistar a un doctor, Aaron Conners (Bill Hader), quien sólo atiende a deportistas famosos; Amy no entiende nada de deportes, pero le gusta Aaron y terminan acostándose. El problema es cuando Amy se enamora y cada aspecto de su vida comienza a colapsar.
Si sigo rescatando cosas positivas, es interesante que se intentara hacer un cambio de roles, en donde la mujer le rompe el corazón al hombre y este pasa a ser un romántico que cree en las relaciones de pareja, pero el humor de Amy Schumer arruina toda aquella idea. Hay un par de momentos graciosos, pero no deja el racismo de lado. Primero, el personaje de Amy habla sobre un tipo con el que se acostó y lo trata de “Gollum puertorriqueño”; ¿era necesario? Durante otra escena, al personaje de Bill Hader le preguntan con qué atletas trabaja y él responde que con Tom Brady, por lo que todos se maravillan hasta que el nombre de Alex Rodríguez aparece. Silencio total. Alguien responde “Fuck that guy!”. Bill vuelve a mencionar nombres estadounidenses y continúan los elogios. Espero que eso se deba a que el tipo hizo una mala jugada alguna vez, o porque quizás sea de otro equipo, y no a su nombre.
El sexismo también está presente, ya que Amy Schumer también es muy sexista. Su personaje denigra a un grupo de cheerleaders y expresa que sólo “les falta un caño engrasado”, como si el trabajo de una stripper fuese un insulto y, durante el comienza de la película, Amy también describe a una mujer como “fuckable”. No quiero sonar grave, pero si vas a hacer una película y quieres aferrarte del feminismo para salir adelante, podrías hacer algo para cambiar ese tipo de comentarios. Ya no es gracioso reírse de cosas así y resulta muy extraño que provengan de alguien que dice ser tan liberal y girl power.
Finalmente, "Trainwreck" es un ejemplo de cómo no hacer una comedia romántica, pero, en especial, es un ejemplo más de una corriente no muy grata, llamada white feminism.
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