“The Princess Bride” parece pertenecer a ese grupo de películas que marcaron demasiado la infancia de los estadounidenses, películas que son infinitamente mencionadas en otras cintas o en algunas series, películas que debemos ver para entender, justamente, aquellas referencias.
Dirigida por Rob Reiner, “The Princess Bride” nos muestra primero la trama de un abuelo contándole a su pequeño nieto la historia de Buttercup (Robin Wright) y de Westley (Cary Elwes). Ambos viven en el reino de Florin y se enamoran perdidamente, a pesar de las diferencias sociales. Westley decide salir a buscar fortuna para poder casarse con Buttercup, pero unos piratas atacan su barco y todos asumen que murió.
Cinco años después, Buttercup está comprometida con el príncipe Humperdinck (Chris Sarandon), pero antes de la boda, la joven es raptada por tres forajidos: Vizzini (Wallace Shawn), Fezzik (André the Giant) e Íñigo Montoya (Mandy Patinkin), un hombre que también busca al asesino de su padre, el conde Tyrone Rugen (Christopher Guest), para cobrar su deseada venganza. Buttercup es rescatada por un misterioso hombre vestido de negro, un hombre muy parecido a su amado Westley.
Luego de muchas aventuras y momentos muy divertidos, “The Princess Bride” logra conquistar nuestros corazones, tal y como lo hizo con aquel nieto que apenas quería escuchar la historia de su abuelo. Ojalá hubiese visto esta película durante la infancia.