Si pudiera, me encantaría darle las gracias personalmente a la guionista Deborah Davis por haberse obsesionado con la relación entre estas tres mujeres históricos y por haber escrito semejante maravillosa historia. Se necesita tanto de personajes como los que "The Favourite" retrató; la sociedad nos acostumbró a parecer siempre buenas, agradables y adorables, pero la verdad es que también podemos ser calculadoras, malcriadas y crueles. Las quejas frente a lo desagradables que los personajes principales pueden llegar a ser parecen ridículas, ya que nadie se quejaría de la personalidad de los protagonistas de una película de gánsteres, por ejemplo. El hecho de que la reina Ana, lady Sarah y Abigail sean todo lo contrario de lo que la sociedad espera de ellas es lo realmente interesante de "The Favourite".

La maravilla de la película también se debe, en gran parte, a las actuaciones. Olivia Colman sufre y se luce en cada escena de su grotesca y empática interpretación, mientras que la frialdad de Rachel Weisz es el mejor contraste para el personaje de la reina Ana; ambas se quieren tanto, pero tienen ideas tan distintas sobre el amor que es imposible que se lleven bien al cien por ciento. Por otro lado, la personificación de la mosca muerta del personaje de Emma Stone consigue que la historia continúe a un ritmo perfecto, intenso y hasta divertido. En cuanto a producción y dirección, Yorgos Lanthimos hace maravillas con aquellas escenas grabadas bajo un ojo de pez y lo absurdo de su característico humor sólo eleva la calidad de la historia.

"The Favourite" fue, definitivamente, mi película favorita durante la pasada temporada de premios.