Dancer in the Dark (2000)

by - lunes, abril 29, 2019

 


Selma Ježková (Björk) es una inmigrante europea que sobrevive en la ciudad de Washington durante la década del ‘60; trabaja en una fábrica y vive en un pequeño remolque con su hijo Gene (Vladica Kostic), remolque que se encuentra en el patio trasero de Bill Houston (David Morse), el policía del lugar. Selma está perdiendo la visión y, a punta de mucho esfuerzo, ahorra todo el dinero que gana para poder operar a Gene de la vista, ya que los problemas oftalmológicos son un mal hereditario. Entre tanto trabajo, Selma también encuentra momentos de distracción entre los ensayos de un musical, ya que ama aquel género de películas, pero la vida de Selma se complica todavía más cuando Bill le comenta que está, prácticamente, en bancarrota y encuentra el dinero de la operación de Gene.

"Dancer in the Dark" debe ser el musical más triste que existe; es tan sombrío y desgarrador que podría ser considerado una especie de antimusical. La vida y las desaventuras de Selma sólo provocan nuestra angustia y empatía, las cuales, gracias a la maravillosa actuación de Björk, se sienten cercanas y reales. La dirección a cargo de Lars von Trier es extraña, pero envolvente y, a pesar de aquellos rumores sobre enemistad en el set, tanto protagonista como director lograron entregarnos un producto tan triste como adorable.

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