India Stoker (Mia Wasikowska) es una joven de diecisiete años que nunca ha sabido muy bien cómo relacionarse con el mundo; es demasiado introvertida y la única persona con la que se lleva bien es con su padre, Richard Stoker (Dermot Mulroney). Lamentablemente, justo durante el cumpleaños número dieciocho de India, su padre muere en un trágico accidente automovilístico, dejándola sólo con la presencia de su madre, Evelyn (Nicole Kidman) y la del misterioso tío Charlie (Matthew Goode), un pariente del que India nunca supo su existencia.

Charlie parece ser un hombre muy interesante y encantador, pero India nota algo extraño en él y, de hecho, es la única persona que no cae rendida a sus pies. Luego de unos días, durante los cuales Charlie consigue agradarle demasiado a Evelyn, ciertas personas cercanas a la familia comienzan a desaparecer. Las sospechas de India están puestas en una sola persona, pero, luego de algunos sucesos, la joven comenzará a unirse cada vez más a su tío Charlie.

A pesar de no ser una persona detallista, fueron todos los detalles de “Stoker”, todas esas cosas que sólo India podía ver o escuchar, los que fueron llamando mi atención. Aparecen en pantalla de una manera hermosa y, algunos de ellos, se relacionan con la escena anterior o con la escena siguiente. Otro aspecto destacable es actuación de Matthew Goode, la cual es capaz de incomodar a cualquiera, pero su personaje es demasiado atractivo, como el perfecto antagonista debe ser.