'801001 películas1982Cine estadounidenseDiahnne AbbottHumor negroJerry LewisMartin ScorseseRobert de NiroSandra Bernhard
1001 películas: The King of Comedy (1982)
Cada cierto tiempo, encuentro con alguna película que me recuerda lo mucho que me gusta el cine. Me alegra que, esta vez, el turno sea el de una película de Martin Scorsese; siguiendo el archivo de este blog, mis experiencias viendo algunas de sus películas fueron bastante decepcionantes. Es algo que uno nunca espera pasar con un director tan premiado y alabado, razón por la cual también creo que deberíamos acabar con aquel pedestal en donde ponemos a varios artistas, ya que sólo genera expectativas o impide cualquier otro tipo de opinión distinta, por lo que, cuando decidí a ver "The King of Comedy", me quedé con lo que sabía: que era otra de las colaboraciones entre Martin Scorsese y Robert De Niro; ni siquiera quise internalizar todas aquellas referencias que se hizo a esta película durante la época de "Joker".
Teniendo una vez más a Nueva York como lugar de los hechos, la historia se centra en Rupert Pupkin (Robert De Niro), un aspirante a comediante bastante delirante, cuyo sueño es aparecer en la televisión y cuyo apellido nadie se molesta en pronunciar bien. La estrella favorita de Rupert es Jerry Langford (Jerry Lewis), una especie de David Letterman o Jay Leno, a quien sigue de manera enfermiza y peligrosa. Rupert, claramente, no lo ve de esa manera; él es sólo un profesional con un sueño que está dispuesto a cumplir, un hombre común y corriente que sólo necesita una oportunidad.
La convicción de Rupert podría ser admirable si no fuese por aquel detalle de su cegadora obsesión. No es difícil identificarse con el personaje o, incluso, sentir algo de cariño hacia él, ya que es muy convincente cuando se trata de su misión; además, tiene cierto carisma, es educado y de verdad cree que, como estrella emergente, merece un espacio en televisión. Si somos sinceros, ¿quién no ha practicado una futura entrevista en algún late show estadounidense? El problema es que Rupert es tan insistente que es inevitable no sentir vergüenza ajena tras cada uno de sus intentos de acercamiento a Jerry; hasta se vuelve incómodo pensar durante dos horas en qué tan gracioso es en realidad el número que quiere presentar en el programa del animador. ¿Es Rupert tan talentoso como asegura ser? ¿Es simplemente un psicópata?
Porque si se trata de psicópatas, Jerry Langford los conoce bien. No sólo tiene que lidiar con los cada vez más peligrosos acercamientos de Rupert, sino que también tiene que evadir la inagotable insistencia de Masha (Sandra Bernhard), una obsesiva fanática quien es capaz de estar todo el día en las afueras del canal esperando a Jerry, de enviarle todas las cartas que pueda o de, incluso, entrar a su auto privado con tal de ser escuchada. Para mala suerte de Jerry, Masha y Rupert son amigos, ambos fanáticos sin control, dispuestos a hacer lo que sea con tal de conseguir la atención del animador.
La historia continúa entre escenas del día a día del personaje principal, las cuales se mezclan con sus fantasías, en donde él ya es un reconocido comediante y la relación con Jerry da un giro: él admira a Rupert y es quien necesita de su ayuda. Pareciera que ninguna escena sobra, ya que cada una es tan divertida, por más incómodo y desubicado que sea el momento; la gracia está, claro, en las actuaciones, pero también en ese humor negro que tanto funciona. La falla de Rupert con las tarjetas o el grito “I hope you get cancer!” todavía me hacen reír.
Las consecuencias que Rupert debe afrontar son las consecuencias prácticas que cualquier fanático obsesivo hubiese tenido que enfrentar también, pero, al mismo tiempo, representan una segunda oportunidad para la realidad en la que vive el comediante. Rupert vive totalmente desconectado de la verdad a su alrededor; es el héroe de su propia historia y cualquier oportunidad de ser el centro de la atención es un mérito. Todos los méritos también los tiene "The King of Comedy", pasando a ser ahora una de mis películas favoritas. La reconciliación entre la filmografía de Martin Scorsese y yo es un hecho.
“Better to be king for a night than a schmuck for a lifetime”.
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