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Inside Out (2015)
Pixar se ha caracterizado por darle un toque más humano a cosas inertes. Hemos visto que los juguetes tienen sentimientos, también los peces, los monstruos, los autos, pero ahora Pixar se preguntó: y, ¿si los sentimientos tuviesen sentimientos?
Riley Andersen (Kaitlyn Dias) es una niña de once años que ha vivido una infancia completamente normal e increíblemente feliz, pero su tranquilidad se ve interrumpida cuando su familia se muda a San Francisco y los sentimientos en su cabeza comienzan a alterarse. Alegría (Amy Poehler) es la emoción principal de Riley, maneja sus respuestas y reacciones, y quiere que esta mudanza ocurra con la mayor naturalidad posible.
Alegría no contaba con la reacción del resto de sus compañeros: Furia (Lewis Black) está molesto con la tardanza, Temor (Bill Hader) se pone nervioso con cada nuevo traspiés, Desagrado (Mindy Kaling) no puede más con la incomodidad y los olores extraños y Tristeza (Phyllis Smith) está a punto de colapsar, por lo que Alegría hace su mejor esfuerzo para que todo siga con normalidad.
Alegría no entiende las repentinas actitudes nostálgicas de Riley, por lo que de inmediato trata de censurar a Tristeza. Cuando Riley comienza a llorar delante de todo su nuevo curso y crea un pensamiento central de color azul, no amarillo como el resto de sus recuerdos principales, Alegría y Tristeza se pelean y son succionadas hasta la memoria a largo plazo, por lo que ahora Desagrado, Furia y Temor están a cargo de las reacciones de Riley.
“Inside Out” debe ser la película más inteligente de Pixar a la fecha y, personalmente, la que más me ha emocionado. Es didáctica, entretenida y una clara metáfora a aquellos episodios depresivos que no sabemos muy bien cómo manejar. El mensaje y la lección que Alegría aprende es, finalmente, la reivindicación de la tristeza, un sentimiento siempre mal visto, pero que, en esta película, cumple una función totalmente necesaria.
Sin Tristeza, no podría haber Alegría.
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