"Jennifer's Body" tuvo la mala suerte de ser estrenada en 2009; la crítica la destrozó y nosotros nos dedicamos a seguir odiando y sexualizando a Megan Fox. Nadie le dio importancia a lo gracioso que era el guión, escrito por Diablo Cody, ni que la película estuviera dirigida por una mujer (Karyn Kusama), ni mucho menos notamos que Megan Fox de verdad actúa increíble en el género del terror. Claro, porque "Jennifer's Body" apareció mucho antes de que Hollywood siquiera soñara con un movimiento como el #meToo, por ejemplo, o el #TimesUp, movimientos que consiguieron que varios de nosotros abriéramos los ojos y tuviéramos que pedirle disculpas a distancia a varias actrices.

En 2009, la película fue descrita, simplemente, como "Twilight para hombres", una descripción que está muy lejos de hacerle justicia. Primero, "Jennifer's Body" nada tiene que ver con vampiros, sino que los rituales satánicos de bandas indie sin éxito y las posesiones demoníacas son los que se hacen presente. La película también ilustra la amistad entre Needy Lesnicki (Amanda Seyfried) y Jennifer Check (Megan Fox), quienes, a pesar de ser tan diferentes, han sido amigas desde pequeñas; nadie, en realidad, entiende mucho esa amistad. Luego de asistir a un concierto de la banda Low Shoulder y de presenciar un incendio que deja varias víctimas, Jennifer comienza a actuar de manera muy extraña: tiene varios cambios de ánimo y una insaciable sed de sangre. Sólo Needy es quien nota estos cambios y, cuando su propio novio está en peligro, decide enfrentar al demonio de su mejor amiga.

Dinámica, divertida, llena de referencias a la cultura pop y llena de canciones dignas de aquella época, "Jennifer's Body" sería un éxito seguro si fuese estrenada en la actualidad. Más que una fantasía vampírica para hombres, la historia es una fantasía de venganza; es una película que muestra el lado complicado de la amistad entre mujeres y que, de alguna manera, fue bastante adelantada para su época. Perdónanos, Megan Fox.