The Worst Person in the World (2021)

by - miércoles, febrero 16, 2022

 


Pareciera que, por cada temporada de premios, aparece una película del estilo coming of age que todos adoran premiar por mostrarnos, básicamente, una historia muy parecida, pero en distintos escenarios; sucedió en 2017 con “Lady Bird”, también en 2016 con “Moonlight” y en 2014 con “Boyhood”. Pero, por más que disfrute este tipo de historias, siempre me hacía falta la presencia de una persona cercana a mi edad que estuviese pasando también por un torbellino de emociones, situaciones y decisiones cual adolescente en una de las peores etapas de la vida.

Por suerte, esta temporada de premios nos entregó “The Worst Person in the World”, una película noruega, escrita y dirigida por Joachim Trier, que cuenta las desavenencias de Julie (Renate Reinsve), una joven que se acerca rápidamente a su tercera década y quien todavía no tiene muy resueltos varios asuntos de su vida. Julie ha pasado por tres carreras: medicina, psicología y fotografía, recordándonos que siempre será difícil escoger una carrera durante los años adolescentes, cuando ni siquiera sabemos bien quiénes somos aún. Julie también es novia de Aksel (Anders Danielsen Lie), un caricaturista mayor que ella, quien ya sueña con formar una familia que la joven todavía no sabe si desea; al mismo tiempo, Julie coquetea con Eivind (Herbert Nordrum), un barista que conoce durante una fiesta a la que entra sin conocer a nadie ni sin ser invitada, acto que sólo realiza por curiosidad y diversión.

A través de doce capítulos, además de un prólogo y un epílogo, “The Worst Person in the World” retrata la vida cotidiana de Julie, desde la relación con su familia y con Aksel, pasando por la conformidad frente a un trabajo en una librería, la frustración en cuanto a sentirse como una espectadora de su propia vida, la experimentación con hongos alucinógenos hasta la opinión sobre el sexo oral en la era del #MeToo, uno de los capítulos más interesantes. 

A pesar del pequeño detalle de que la película esté dirigida y escrita por un hombre, esto no impide que “The Worst Person in the World” sea un guiño al feminismo, ya que la presencia de su protagonista, Renate Reinsve es tan imponente que es ella sola quien conlleva todo el peso tanto de la película como de la trama. La intérprete ya fue galardonada como Mejor Actriz en el último Festival de Cannes, por lo que me encantaría que este lado del mundo también reconociera su talento en la misma categoría. Además, el personaje de Julie es una joven común y corriente, pasando por situaciones bastantes parecidas a las de sus espectadoras, sin sobresalir como una heroína ni como una villana, sino como una voz más dentro de varias que necesitan tanto apoyo como valorización.

Lejos de ser la peor persona del mundo, Julie es un personaje adorablemente real y cercano; es divertida, tierna, pero también llora, explota y se siente perdida. El sólo hecho de ver a una mujer lidiando con su elección profesional o imaginando lo que haría con la sangre de su menstruación en un momento de venganza es tan maravilloso de ver en una película que ha sido tan masiva como esta; siempre estamos viendo muchos más asuntos masculinos dentro de varias narraciones, como masturbación adolescente o disfunción eréctil y, a pesar de que algunas de nosotras jamás pasaremos por problemas de este estilo, nos vemos en la posición de identificarnos o entender al personaje de todas formas. Pocas veces, sucede lo contrario, pero espero que “The Worst Person in the World” pueda continuar quebrando ese molde y presentarse como una historia más para todos quienes aprecian el cine.

Sin dejar de lado el existencialismo que la caracteriza, “The Worst Person in the World” se da lujo de jugar un poco con la realidad dentro de su contexto y, durante una escena, el tiempo y el resto del mundo se paralizan para Julie, dándole la oportunidad de salir corriendo a través de Oslo, sin que nadie la mire ni la detenga, para poder acercarse al nuevo destino que ha decidido. Si tan solo pudiéramos tener un momento parecido al de esa escena, creo que todos también saldríamos corriendo al encuentro de una mejor oportunidad; o si la educación en Chile fuese gratuita y de calidad como en Noruega, muchos habríamos sido más felices también.

You May Also Like

0 comentarios